El real decreto-ley 13/2022 de 26 de julio de 2022 entró en vigor el pasado 1 de enero y trajo consigo una serie de cambios. Esta normativa establece un nuevo modelo de cotización para los autónomos o trabajadores por cuenta propia. Entre las modificaciones se encuentran las deducciones, por dicha razón, vamos a tratar el tema del IRPF para el autónomo, puesto que este impuesto se aplica sobre los beneficios y es conveniente saber qué gastos se pueden desgravar.
La relación de las facturas y sus comprobantes son de gran importancia para estas deducciones. Por este motivo, debes saber que, entre las novedades fiscales, se contempla la obligatoriedad de la facturación electrónica para empresas que facturan más de ocho millones de euros al año. Aunque esta medida no es obligatoria hasta el 2025 para un gran número de autónomos, es conveniente empezar a trabajar con este formato.
Qué es un gasto deducible
Los gastos deducibles son aquellos que el autónomo puede desgravar en la declaración de la renta. Es decir, los que puede descontar para pagar menos impuestos. Sin embargo, para contabilizarlos será necesario que se cumplan una serie de condiciones.
Para poder realizar un trabajo, hay que comprar una serie de materiales, equipos informáticos, herramientas, alquilar un local, pagar la luz, el agua, el teléfono, etc. Esto quiere decir que si se facturan 20 000 euros al mes y los gastos desgravables son 8000 euros, los beneficios reales son de 12 000 euros. Hacienda hará el cálculo de los impuestos a pagar en función de este último importe.
Por lo tanto, el gasto deducible se resta para pagar menos impuestos a la Administración. Para que tenga validez, tiene que someterse a unos criterios que establece la Agencia Tributaria y tendrán que justificarse con su factura correspondiente. El IRPF se trata de un impuesto con carácter progresivo, puesto que la persona paga en consecuencia de lo que gana.
Cómo deducir correctamente tus gastos de autónomo
Una vez que tenemos claro qué son los gastos deducibles se puede afirmar que este aspecto es determinante para una buena gestión empresarial. La contabilidad de un negocio se relaciona con el área fiscal con la finalidad de beneficiarse de estas deducciones. Para que los gastos sean fiscalmente deducibles, se tienen que tener en cuenta una serie de aspectos.
- Será obligatorio demostrar que el desembolso tiene una relación directa con la actividad empresarial.
- El autónomo tendrá que aportar la prueba con la presentación de facturas, recibos o el justificante correspondiente para que se considere desgravable.
- La factura tiene que presentarse dentro del ejercicio correspondiente.
- Tiene que estar registrado en un libro de contabilidad.
En los últimos años, la situación económica y laboral han experimentado muchos cambios. A raíz de la pandemia del coronavirus, un gran número de profesionales decidieron trabajar desde casa para ahorrar costes. Hoy en día, hay muchas profesiones emergentes que se pueden realizar desde cualquier geografía solo con un portátil y teléfono móvil.
En este aspecto, lo más lógico es saber si el teléfono fijo o la electricidad de la casa son gastos deducibles. Como bien sabemos, en la mayoría de las ocasiones, una línea de telefonía móvil se emplea para uso laboral y personal y lo mismo ocurre con el vehículo propio.
Este asunto es de gran interés porque la correcta interpretación de este concepto servirá para llevar mejor las finanzas. Lo más acertado es dejar en manos de un buen asesor la fiscalidad y contabilidad del negocio, no obstante, conocer cómo funciona es conveniente. Además, el autónomo tiene que saber cuáles son los cambios en la normativa y cómo le afecta para evitar pagar más.
Tipos de gastos deducibles del IRPF o del IVA
Sin duda alguna, cuando conocemos los gastos deducibles para autónomos se puede tener una mayor previsión de las finanzas. Por otro lado, tampoco tenemos que descartar los que se pueden usar para desgravar el IVA en la declaración trimestral. Estos son los siguientes:
- Gastos con factura. Se puede descontar el IVA de los gastos con la factura correspondiente. También se puede contabilizar la base imponible para pagar menos en el IRPF.
- Gastos con ticket. En el caso de disponer de un ticket se puede restar la base imponible y el IVA del IRPF.
Hay que señalar que los gastos como autónomo varían en función de cada profesional y actividad. Hay trabajadores por cuenta propia que facturan 2000 euros al mes, mientras que otros superan los 10 000 euros.
Los gastos deducibles más comunes de los autónomos
En un principio, todo gasto o inversión que afecta a la actividad profesional se puede deducir según establece la ley. A continuación, enumeramos cuáles son estos para incluir en la próxima declaración de la renta:
- La cuota mensual de autónomo.
- Los gastos derivados del consumo de explotación y que son necesarios para desempeñar el trabajo, por ejemplo, el material de oficina.
- En este apartado también cabe la reparación o mantenimiento de maquinaria.
- Los salarios de los empleados.
- El alquiler del local.
- Renting de coches o maquinaria.
- Contratación de servicios profesionales de un asesor, un abogado, un servicio de marketing y publicidad, etc.
- Las dietas de autónomos con un máximo de 26,67 euros al día y 48,08 si está fuera del país.
- Los seguros de salud profesional.
- Los tributos fiscalmente deducibles como el IBI.
- Los cursos de formación profesional.
- Los suministros del local, como la electricidad, el agua, teléfono o internet o el agua, entre otros.
- En el caso de trabajar desde casa, se puede desgravar el 30 % de IRPF de la parte proporcional del inmueble que se emplea para actividad comercial.
- Las pérdidas derivadas por la insolvencia de los deudores.
En conclusión, el IRPF para el autónomo afecta a un gran número de profesionales en nuestro país. Por este motivo, es conveniente tener en cuenta las nuevas modificaciones tanto si llevas años en la actividad como si eres nuevo.
Una buena gestión en la contabilidad y fiscalidad en un negocio es clave para garantizar la salud financiera. Además, otro aspecto importante es evitar multas o posibles sanciones por no cumplir con los derechos y obligaciones tributarias.